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A veces es tu mirada mi único freno,
algo que me recuerda
que ni amo ni me aman.
Como el pobre que duerme a la intemperie
y tú lo encuentras, soy ese asustado niño
con un cuento entre las manos.
Como todos, un pobre hombre cualquiera
que a veces tiene miedo, que a veces
durante meses no sale a la calle.
Mi soledad, aunque ésta
te enfurece y te haga daño.
A veces, un hombre bueno.
Es tu mirada
lo que pudo ser y lo perdimos.
Tu voz que me dice, no existe.
Del libro, Un lugar por nosotros
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